¿Cómo prevenir una crisis de ansiedad?
- PAI
- 12 may 2020
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 18 mar 2021
Primero comenzare explicándoles un poco sobre que es una crisis de ansiedad, que factores son los implicados para que éste ocurra, desde donde es que surge o se puede evitar desarrollar éstas y finalmente algunos pasos a seguir para evitar que ocurra o una, o bien disminuir su intensidad.

Lo siguiente es una de las definiciones más comunes que podemos encontrar sobre la ansiedad: "Preocupación y miedo intensos, excesivos y continuos ante situaciones cotidianas. Es posible que se produzca taquicardia, respiración agitada, sudoración y sensación de cansancio"
Los factores relacionados a la ansiedad son: biológicos, personales y ambientales.
Los factores personales se refieren a cuestiones de valía (amor) por parte de quienes nos rodean y de nosotros mismos, la personalidad que desarrollamos y los recursos que hemos desarrollado y con los que contamos de manera individual para afrontar los problemas.
Los factores ambientales se relacionan con los acontecimientos vitales o situaciones traumáticas, el estilo educativo de los padres y la socialización en sus diversos ambientes (familia, escuela, trabajo, amigos, etc.).
Los biológicos por su parte son aquellos que traemos en la genética y a los que estamos predispuestos por parte de nuestros antecedentes como lo son nuestros padres y abuelos.
¿Cuándo o cómo surge la ansiedad?
Todo inicia desde nuestra infancia en realidad, ya que desde la infancia se pueden ir creando los recursos para afrontar diversas situaciones o acontecimientos que van suscitándose, de una manera adecuada, ya sea una separación, algún fallecimiento, un desastre natural, un accidente, etc.
¿Qué hago para que mi hijo (a) pueda desarrollar estos recursos y evitarlo?
Las personas más próximas a él o ella deberían poder hablar con el pequeño de todo aquello que pueda preocuparle y de cómo se siente, es importante permitir que se desahogue y exponga sus pensamientos, dudas y sentimientos sin ser criticado, minimizado o ignorado, así como también no obligarlo a expresarse, sino respetar sus tiempos.
Otro punto importante para que ellos logren desarrollar sus propios recursos es recordar que ellos aprenden mediante la imitación, así que es importante analizar como yo o nosotros como adultos estamos reaccionando y resolviendo las situaciones que se nos presentan, ya que esto es un modelo inconsciente para ellos. Por ello es importante considerar si en verdad los estamos resolviendo o simplemente los estamos ocultando, y si mientras esto sucede estamos mostrando nuestros verdaderos sentimientos o emociones o fingimos que todo marcha bien como si nada pasara y nada nos afectara, así que ojo con eso.
Y finalmente es presentándolo sin obligarlo ni forzarlo, sino de manera natural a situaciones diversas como lo es el acercarse a un perro, un gato, subir a un elevador, cruzar un puente, en fin, situaciones que para nosotros quizá ya son cotidianas, pero que para ellos pueden ser nuevos y que esto les permitirá decidir cómo afrontarlo entendiendo así si es o no algo peligroso, agradable, si presenta ciertas dificultades y conocer las consecuencias de cada acción. Es importante al final de este tipo de situaciones que pueden generarle cierto estrés e incertidumbre reconocerle y felicitar su logro, con la intención de ir creando esa seguridad y confianza de sí y de su entorno inmediato.
¡Cuidado!
Hay algunos puntos a considerar en los que se debe tener sumo cuidado y atención:
A) No caer en ser sobreprotector.
B) No ser demasiado exigente.
C) Excesos (drogas, café, alcohol, tabaco).
D) Exceso de actividades extracurriculares.
En el caso del primer punto lo único que vamos a lograr es que no desarrolle sus propios recursos y se acostumbre a que todo siempre es solucionado por alguien más y él o ella está seguro, que nada puede salir mal porque siempre encuentran la solución, sin embargo, en algún momento saldrá al mundo real y entonces es cuando muy seguramente se detone una crisis de ansiedad, pues estará expuesto a un mundo desconocido que no sabrá entonces como manejar. Mientras más experiencias y relaciones sociales se limiten, menos estrategias para afrontar problemas desarrollará.
La exigencia, si bien es algo que nos ayuda y nos da límites, nos forja a lo largo de nuestra vida y se vuelve un hábito en algunas áreas de nuestra vida, en desmedida se vuelve en nuestra contra, lo que genera es ansiedad constante dadas las demandas de los padres, es un miedo incesante por no defraudarlos, no fallar, no equivocarse, ser el mejor, ganar, saberlo todo, tener bajo control todo, ser el hijo perfecto en todos sentidos, generándose a sí mismos como hijos metas muy altas, y generando en los padres expectativas muy altas y ocasionalmente irrazonables o hasta imposibles. El resultado en la adolescencia y adultez son jóvenes inseguros y perfeccionistas que nunca sienten hacer lo suficiente sea lo que sea que hacen. Así que es bueno exigir, pero sin dejar de ser realista de las capacidades del pequeño, sin dejar a un lado sus gustos de juego, diversión, hobbies, aceptando así su edad y a la vez sus disgustos o limitantes incluso.
En tanto la parte de excesos, sabemos que es una preocupación latente sobre todo en la adolescencia de los hijos, sobre todo lo referente a drogas, más que al consumo de tabaco o café, lo cierto es que cualquiera de ellos en consumo elevado tiene consecuencias negativas para la salud física y mental, provocando así un bajo rendimiento académico o laboral, afectación de las relaciones familiares y sociales. Es importante para ello mostrarse abierto a la conversación, a resolver y buscar la manera de resolver dudas, mostrar ejemplos reales de lo que puede suceder a corto, mediano y largo plazo, así como mantener la confianza y un diálogo constante con ellos.
Finalmente, las actividades extra curriculares, éstas son aconsejables y saludables para todos, pues nos ofrecen una gran variedad de opciones desde deportes, juegos, baile, diversión, hasta algo más formal como reforzar alguna materia. Algunas de ellas, ocasionalmente están ligadas a nuestros gustos y hobbies, algunas otras nos generan curiosidad y otras quizá ni si quiera nos encanten, sin embargo, son necesarias para mejorar alguna área escolar.
Sean cuales sean los diversos tipos de actividades extracurriculares o extraescolares que existe, hay que ser cuidadoso en no agobiar y saturar de estas a los niños y jóvenes con las mismas, pues podemos ocasionar el efecto contrario, ¿Cuál? Bueno pues que, en lugar de encontrar disfrute, gusto, gozo, por ir, aprender algo nuevo, conocer gente, relacionarse, etc., termine odiando las actividades y rehusándose a ello, a vivir nuevas experiencias porque termine exhausto, harto y desanimado, lo cual sería normal pues aunque sabemos que los chicos tienen mucha energía, en algún momento también requieren sus espacios para descansar, para charlar con amigos, familia, para jugar o dormir, en fin, nada que cualquier persona no harían.
¿Cómo puedo evitar una crisis de ansiedad o reducir su impacto?
Regularmente lo primero que se presenta es una sensación de miedo y angustia es algo frecuente y esto desencadenan reacciones físicas como:
Sensación de presión y dolor en el pecho, abdomen o ambos
Dificultad para respirar, y sensación de asfixia
Taquicardia
Temblores, paralización muscular u hormigueo
Aturdimiento, mareo o sensación de vértigo y desmayo
Excesiva sudoración repentina y/o escalofríos
Despersonalización, o sensación de verse desde fuera
Lo que debes hacer cuando sientas alguno o todos esos síntomas es:
1. Controla tu respiración: trata de inhalar por la nariz y exhalar por la boca, intenta que cada vez tus respiraciones sean más profundas al inhalar y más largas al exhalar, esto ayudará a que no hiperventiles, ayudando así a reducir la sensación de asfixia, la taquicardia, mareos y el posible desmayo si aún no ocurre. Así mismo hará que tu cuerpo se relaje y los dolores musculares y sensaciones de presión vayan reduciéndose, estos ocurren por la tensión que surge de tu cuerpo al sentirse vulnerable o amenazado ante una situación real o imaginaria es
2. Busca un lugar donde estés seguro y sientas calma: esto ayudará a que puedas tranquilizarte más fácilmente, además de no exponerte cerca de una acera o un cruce peligroso donde correrías peligro fácilmente considerando las sensaciones iniciales, además de que el resto de la gente que circula seguramente no notarán lo que te ocurre pudiendo atropellarte o empujarte sin darse cuenta.
3. Verbaliza y piensa frases o palabras que te ayuden a calmarte: esto va a tu consciente y ayuda a darte tranquilidad, por ello la importancia de verbalizarlo, pues al escucharte te ayudara a calmarte y saber que estás ahí, que estás bien. A la par de esto puedes traer a tu mente algún panorama o escena que te genere cierta paz y tranquilidad, quizá un bosque, un jardín, un amanecer, etc.
4. Focaliza tu atención en otra cosa: aunque puede ser un poco difícil, intenta cambiar el foco de tu atención, es decir piensa en otra cosa que no tenga nada que ver con la situación, quizá algo que hiciste en tu día, en el plan que tienes para la noche con tus amigos o familia, en aquella compra que tienes pendiente por hacer en días próximos, etc. El caso es que logres "distraer" a tu cerebro con pensamientos o emociones diferentes a lo que ocurre en ese momento.
5. Si te es posible llama o contacta a alguien de confianza que pueda atenderte en ese momento: esto puede ayudarte a lograr encontrar la calma que posiblemente no lograste sola o aumentarla en cuanto consigas un poco de autocontrol, así como también puede ayudarte a cambiar más fácilmente el foco de atención. Puedes llamar a alguien de tu familia o algún amigo que probablemente sepa que ya has tenido experiencias previas de este tipo (para no alterarlo sin previo conocimiento) y entonces con una conversación breve puede ayudarte a recuperar tu calma, tu respiración y disminuir tu ansiedad, al menos para poder moverte del sitio de una manera segura, controlada y buscar ayuda más específica.
6. Evita quedarte en el centro o en el punto de aglomeraciones: de lo contrario podría confundirte más y puede ser más difícil que puedas estabilizarte rápidamente, además de ponerte en un riesgo mayor por la cantidad de gente o vehículos en curso, además de los estímulos auditivos o visuales excesivos que podrían generarte estrés y angustia.
7. Si persisten los malestares llama a urgencias: si a pesar de haber seguido las recomendaciones anteriores, no logras disminuir o controlar las sensaciones corpóreas e incluso mentales llama a urgencias para que ellos puedan auxiliarte de manera profesional y médica evitando así poner tu vida en riesgo.
Recuerda que para las crisis de ansiedad ocasionalmente se sugiere algún tipo de tratamiento médico, esto dependerá de un previo análisis e historial clínico. Evita automedicarte ya que no sabes cómo puede responder tu cuerpo a determinadas sustancias dado tus particularidades como lo son: tu condición física (peso, talla, hábitos alimenticios, etc.), así como tus antecedentes biológicos y psicológicos. Acude siempre a un profesional de la salud, ya sea un psicólogo, médico o psiquiatra que son los profesionistas capacitados para poder brindarte ayuda y apoyo en el tema de la ansiedad.
Fuente consultada: Noemí Gullamón. Clínica de la Ansiedad, 2004. Psicólogos especialistas en el tratamiento de la ansiedad.
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