¿Cómo elegir a mi terapeuta?
- PAI
- 12 may 2020
- 15 Min. de lectura
Actualizado: 18 mar 2021
Lo primero que debes saber es que un psicólogo no es un psicoterapeuta por default, así es, por extraño que suene, ¿Pero ¿cómo? Llevo años yendo con uno, bueno pues para que lo sepas el psicólogo solo es eso, psicólogo, es decir que para ser psicoterapeuta debe tener una especialidad en psicoterapia que lo avale, ¿Por qué?, pues porque de otro modo sería un charlatán, con mucha buena suerte, labia y creatividad, pero no lo que debería. Muchas personas pueden tener un "espíritu psicólogo", fluyen fácilmente para ayudar a las personas, les gusta escuchar, son el paño de lágrimas de otras personas, siempre aconsejan, están ahí para los amigos, digamos que tienen la habilidad y "se les da", pero no por eso son profesionales o "expertos" en el área.
Por ello lo más importante, es que verifiques que tenga las credenciales que lo avalen como psicoterapeuta independientemente del enfoque que maneje o de otras especialidades.
¿Y qué pasa si no lo tiene? Si ya lo descubriste, busca a alguien especializado, ¡no hay más!

Cuando miro el mundo soy pesimista, pero cuando miro a la gente soy optimista. Carl Rogers.
Las personas que creen que tienen la facultad de ejercer cierto grado de control sobre sus vidas son más saludables, más eficaz y más éxito que aquellos que no tienen fe en su capacidad para llevar a cabo cambios en sus vidas
Albert Bandura.
¿Cómo sé que es el terapeuta adecuado?
1. Bueno, como lo mencioné al inicio de este artículo si buscas alguien que te de terapia debe tener la especialidad de psicoterapeuta, no importa si se especializa o prefiere atender: adolescentes, niños, parejas, etc., pero debes asegurarte de que cuente con las credenciales necesarias.
2. Necesitas tener claro que quieres trabajar, si es un tema personal, si es algo de pareja, si es algo de índole sexual, si es algo de tus hijos, si tiene que ver con un duelo o pérdida, etc.
3. Deberás elegir entre algunos enfoques de acuerdo a ese asunto o tema que quieres abordar o trabajar, de acuerdo también a tus tiempos, personalidad e incluso a tu gusto.
Teniendo estos tres puntos claros, todo será mucho más fácil para iniciar con la búsqueda. Recuerda que siempre puedes verificar una cedula profesional en internet, con la finalidad de asegurarte de que es quien dice ser, que en efecto tiene el grado y que no es un charlatán.
¿Por qué debo tener claro el tema y la especialidad?, ¿Eso en que afecta?
Como en todas las profesiones hay especialidades, de otro modo todos seríamos todólogos y seguramente no saldrían bien las cosas queriendo acaparar todo, tal vez de inicio sí, pero en algún momento llegaríamos a un paredón sin salida puesto que no tendríamos las herramientas necesarias y adecuadas para seguir apoyando a las personas.
Así como el psicoterapeuta tiene la formación para poder brindar la contención y herramientas necesarias, lo mismo ocurre con el terapeuta de lenguaje, con los sexólogos, los que manejan la hipnosis, etc., entonces..."Zapatero a tus zapatos", pues cada especialista sabe y es experto en su área, así mismo conoce sus límites.
Es como cuando vamos a una consulta en la farmacia, nos atiende un médico general y nos "resuelve" lo inmediato, pero posiblemente te sugiera acudir posteriormente con el especialista en oftalmología, el gastroenterólogo, el pediatra, el ginecólogo, dermatólogo, según sea el caso, pues él como médico general tiene un límite ético, profesional y en cuanto a sus conocimientos que no le permiten poder brindarte más detalles sobre tu situación y de hacerlo podría estar en riesgo tu vida o la del paciente, así mismo su cedula profesional al no ser algo ético ni permitido. Lo mismo pasa con los psicólogos y sus diversas especialidades.
Mientras más claro tengas que situaciones te aquejan, porque la importancia de contar con una especialidad para atenderte y qué diferencias hay entre los enfoques, será mucho más difícil que te vendan gato por liebre o caigas en un pozo sin fondo sin darte cuenta y llevado por tu necesidad de ser ayudado. Y todo eso lo podrás identificar más fácilmente a lo largo de este articulo para no quedarte con el médico general luchando intensamente por resolver una situación emocional con tu pareja.
¿Cómo saber si haremos clic?
En realidad esto es incierto, es igual que cuando conoces a cualquier otra persona, puede ser que al inicio digas "tiene un no sé qué, pero me cae mal", "se me hace pesado", "parece muy creído" o todo lo contrario "se ve súper buena onda", "me cayó muy bien", "se ve bastante accesible" y al final en cualquiera de esas expresiones puedes estarte equivocando, pues ¿a cuanta gente hemos prejuzgado negativamente y termina sorprendiéndonos positivamente? y viceversa, ¿Cuántas personas al inicio no agradan mucho y terminamos dándonos un frentazo?
Así que lo mismo ocurre cuando llegas recomendado por alguien o eliges a un terapeuta de entre una multitud, puede ser ¡un estuche de monerías y darte una gran sorpresa! pero al final sólo lo sabrás dándote la oportunidad y considerando lo siguiente:
No lo conoces (intenta no ser prejuicioso (a).
No te conoce (no te lo tomes personal, no intenta agredirte, ni quedar bien contigo, únicamente hacer su trabajo).
Date y dale la oportunidad de al menos 3 sesiones como margen antes de decidir un cambio de terapeuta.
Si ves a tu terapeuta con ojos de amor y atracción, lo ideal es que elijas cambiar de terapeuta por tu progreso, es mejor.
No influye si es hombre o mujer, pero quizá te sientas más cómodo (a) con algún género en particular.
Esos puntos son básicos a considerarlos en tu búsqueda de terapeuta, al menos para que tengas mayor claridad y confianza.
¿Cuántos enfoques existen?
En este artículo, pongo sobre la mesa 8 enfoques: psicoanálisis, cognitivo-conductual, sistémica breve, neuropsicológica, Gestalt, racional emotiva racional, breve centrada en soluciones y counselling.
A continuación, te presentó cada uno de ellos, así como sus características, en que situaciones te pueden ayudar, que aborda o como se trabaja en cada enfoque, la duración aproximada de los procesos o sesiones, así como para quienes no está recomendado cada uno de ellos.
Terapia psicoanalítica: Este enfoque considera que el origen de cualquier trastorno que sufrimos surge desde la infancia generando así mecanismos de defensa para protegernos del resurgimiento de esos sentimientos. Lo que el psicoanálisis busca es hacerlos conscientes para asimilarlos y valorarlos de una forma adecuada mediante el proceso con el psicoanalista.
El psicoanálisis no se limita a una meta estrictamente terapéutica, sino que busca también procurar un aumento del bienestar y del gusto por vivir, trabajar y amar, esto por medio de la superación de obstáculos inconscientes brindando así libertad personal.
Características:
Es de larga duración, pueden ser años.
Los resultados son notorios a largo plazo.
El objetivo es el entendimiento de lo que genera nuestros conflictos internos y emocionales.
El espacio analítico favorece el pensamiento, la experiencia emocional y el autorreflexión mediante la asociación libre de ideas.
Este enfoque considera 100% que el Inconsciente determina nuestro comportamiento y que el pasado tiene una influencia significativa en el presente.
El ritmo de las sesiones es llevado por el paciente, siendo labor del psicoanalista darles continuidad a las sesiones y lo que en ellas aflore con la intensión de que el paciente logre un entendimiento y tome mejores decisiones.
¿En qué situaciones me ayuda el psicoanálisis?
En situaciones como soledad, estrés, traumas, depresión, trastorno bipolar, duelo, dificultad en relaciones, confusión, baja auto-estima, desórdenes alimenticios, imagen negativa del cuerpo, traumas de infancia (abandono, enfermedades crónicas, negligencia, abuso emocional y físico, exposición a violencia doméstica), dificultades de padres (problemas de conducta de niños y adolescentes), déficit de atención e hiperactividad (TDA y TDAH), adopción, problemas matrimoniales, fobias, dificultades emocionales post Trauma, pensamientos y conductas obsesivas (TOC), ataques de pánico, crisis de ansiedad, angustia, psicosis.
¿Cómo se trabaja?
Un proceso psicoanalítico consiste en una o más sesiones semanales (idealmente de 2 a 4 sesiones), donde el sujeto es invitado a decir libremente, sin restricción alguna, sus pensamientos que vienen espontáneamente a la mente: es lo que se llama la regla de la asociación libre.
¿Para quién no es recomendable?
No se sugiere para personas diagnosticadas con depresión mayor, personas que presentan desórdenes psicóticos (esquizofrenia), personas con adicciones o dependencia a sustancias, desórdenes de agresión o control de impulsos con crisis agudas.
En la terapia psicoanalítica, el terapeuta no dice al paciente cómo resolver los problemas ni ofrece juicios morales. El tratamiento se centra en profundizar en la mente del paciente y los patrones habituales de su pensamiento.
Terapia cognitivo-conductual: Este enfoque puntúa que los patrones de pensamiento mal adaptativos o erróneos causan un comportamiento desadaptativo (comportamiento perjudicial que interfiere en la vida cotidiana) y emociones “negativas”. El terapeuta ayuda al paciente a superar sus dificultades a través de la modificación de sus patrones de pensamiento y con ello se modifican los del comportamiento, llegando a la transformación de las emociones. El objetivo es poder reconocer pensamientos negativos y remplazarlos para generar comportamientos favorables.
¿En qué situaciones me ayuda la terapia Cognitivo Conductual?
Trastornos de ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), desórdenes alimenticios (bulimia, anorexia), ataques de pánico, depresión, manejo de ira, ansiedad, dentofobia (miedo irracional al dentista), trastorno generalizado de ansiedad, ansiedad social, anorexia, trastorno por atracón, bulimia, ludopatía (adicción al juego), trastorno afectivo estacional, somatización, abuso de alcohol (alcoholismo), abuso de cocaína, abstinencia de tabaco, intentos de suicidio, duelo, estrés, baja autoestima, dificultades en relaciones, separaciones y divorcio, desórdenes relacionados con condiciones médicas (insomnio, disfunción eréctil, asma, dolor por cáncer, colitis, infertilidad, migraña, desórdenes del sueño, fibromialgia, etc.), en niños y adolescentes (depresión, fobias, enuresis, encopresis, ansiedad por separación).
Por otro lado, acompañado de medicación psiquiátrica, ayuda en situaciones como: esquizofrenia, trastorno bipolar, TDAH, TDA, trastorno de personalidad limítrofe (Borderline), depresión, ataques de pánico, trastorno de estrés post-traumático), agorafobia y ataques de pánico con agorafobia, fobia social y trastorno disociativo.
Características:
Se trabaja para una reestructuración cognitiva, para lograr entre ambos cambiar los patrones de pensamiento.
Se enfoca en lo actual y presente, es decir lo que está ocurriendo más que cuestionar ¿Por qué piensa así? sobre determinado tema.
Se abordan situaciones concretas que tienen que ver con conducta y pensamiento.
Se fijan metas a corto plazo (al finalizar la sesión) y a largo plazo (durante el proceso).
Con ayuda del terapeuta se busca que el consultante identifique como estas ideas afectan su humor, conducta y condición física y se les brinda la contención para que aprendan a generar sus propios recursos o habilidades para afrontar dichas situaciones y sortearlas satisfactoriamente.
El proceso se apoya de tareas que se asignan en algunas sesiones y se retoman subsecuentemente.
Este proceso es corto, oscila entre 14 a 16 sesiones.
¿Cómo se trabaja?
La relación es de equipo pues se decide la duración de las sesiones, lo que se abordará en cada una, se habla sobre las tareas asignadas, siempre en un entorno de respeto y sin perder el profesionalismo.
¿Para quién no es recomendable?
Si no tienes un “asunto” o "tema" concreto relativo a la conducta no funcionará del todo, recuerda que este tipo de terapia o enfoque es para casos específicos y no atiende cuestiones del pasado, infancia, etc. Así también puede no ser la mejor idea para personas con necesidades psicológicas más complejas o dificultades de aprendizaje. Finalmente, esta terapia no se recomienda para casos de psicosis graves y personas con daño cerebral.
Terapia sistémica breve: Este tipo de terapia pone especial atención en los recursos y competencias del sujeto, lo cual permite el desarrollo y movilización de sus potencialidades, así como de sus puntos fuertes, para lograr recobrar su creatividad y crear sus propias soluciones. El objetivo es ayudarlos a construir otras vías posibles más favorables al crecimiento y a la vida, a través de atender los aspectos emocionales y cognitivos, así como también el cómo reacciona y se desenvuelve en su entorno (conjunto de sistemas, relaciones y situaciones) dicho paciente. Si bien es cierto que el entorno colabora en esos problemas psicológicos, también es verdad que ayuda en solucionarlos, por contradictorio que pueda sonar o parecer.
Este enfoque va de a poco, muestra cambios cortos o pequeños, pero concretos y visibles que son el primer eslabón de la cadena de un circulo virtuoso y positivo que lleva a los pacientes a experimentar nuevas maneras de ver y vivir las situaciones, que les permitirán enfrentar de una forma más saludable y equilibrada su futuro.
Características:
El pasado importa, únicamente si tiene que ver con el presente.
Lo patológico es un conflicto de la interacción, no así del paciente.
El "cómo" es la premisa más importante en el proceso.
Se aborda y trabaja con la manera de cómo nos relacionamos y vivimos.
Esta terapia buscará trabajar con el contexto comunicacional en el que está inmersa la persona que sufre, contexto que explica y determina los comportamientos, para poder hacer ver y entender a la persona en qué sentido está alimentando a ese contexto y poder generar una manera de desactivarlo.
Una sesión se divide en 3 momentos:
El de exponer las quejas o dificultades que existen.
Buscar soluciones con los recursos personales.
Asignación de tareas para solidificar los avances o logros.
Esto en un tiempo de entre 45 y 60 minutos cara a cara, la queja queda resuelta cuando la persona expresa que ha logrado sentirse mejor antes dicha situación y encuentra o propone una solución o forma de reaccionar ante su queja. Cuando "se da de alta" y lo pongo así entre comillas, porque en realidad algunos "asuntos" o "temas" regresan, con algún disfraz, pero pueden resurgir por alguna otra situación, así que por ello es recomendable ir espaciando las sesiones sino surge nada nuevo, con la finalidad únicamente de mantener una evaluación de lo que se trabajó y alcanzó. para corroborar que sigue en marcha, o en su defecto si hay que retomarlo.
¿En qué situaciones me ayuda la terapia sistémica breve?
Desórdenes alimenticios (bulimia, anorexia, atracones, vómitos), angustias, crisis de pánico, fobias, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), trastornos de personalidad, psicosis (alucinaciones, miedos paranoicos, etc.), depresiones, trastorno bipolar, dificultades relacionales (en pareja, con hijos, con familia, con el entorno social o profesional), trastorno borderline o límite de la personalidad, duelo, separación o divorcio, baja autoestima, estrés,
problemas laborales y procrastinación, bullying y mobing (acoso escolar y acoso laboral), adicciones (drogas, juego) y manejo de ira.
¿Cómo se trabaja?
Se recomienda para adultos, niños, adolescentes, parejas y familias con problemas o dificultades que les impiden avanzar en su desarrollo.
La terapia sistémica tiene una duración de 12 a 16 sesiones, sin embargo, ocasionalmente puede ampliarse a varios meses más.
¿Para quién no es recomendable?
Si buscas un diagnostico definido y concreto no es recomendable para ti, ya que se trabaja sobre las dificultades humanas sin colocar una etiqueta, o una enfermedad.
Terapia neuropsicológica: Ésta comprende la relación entre: cerebro, comportamiento y funciones intelectuales (lenguaje, memoria y atención). El campo de este enfoque abarca a personas con lesiones orgánicas del sistema nervioso central de diversos orígenes (traumatismo craneo-cerebral, accidentes vasculares cerebrales, tumores, degeneraciones, enfermedades infecciosas, trastornos metabólicos o carencia les, intoxicaciones, etc.) para poder brindar un diagnóstico y tratamiento al trastornos cognitivos y conductuales.
Los neuropsicólogos atienden a personas de cualquier edad (a partir de los 2 años), que presenten una lesión (o un disfuncionamiento) cerebral congénito o adquirido tras una enfermedad o un accidente y pueden proponer:
• Un diagnóstico.
• Un tratamiento terapéutico elaborado a partir del diagnóstico neuropsicológico.
¿En qué situaciones me ayuda la terapia neuropsicológica?
Si tienes déficit de atención/hiperactividad (TDA/H), problemas de aprendizaje (dislexia, disortografía, discalculia, dislalia, distraía, disfasia, disprosodia, etc.), trastornos de la conducta (problema de oposición, de conducta, etc.), trastorno del espectro autista, cefalea, crisis de epilepsia, enfermedades vasculares cerebrales, Alzheimer, trastornos del sueño, trastornos del movimiento, lesión cerebral traumática, trastornos convulsivos, desórdenes neuropsiquiátricos, enfermedades infecciosas del sistema nervioso central, enfermedad metabólica, efectos neurológicos de desórdenes médicos o tratamientos
Ya que ésta ayuda a:
▪ Determinar la causa de los trastornos cognitivos, conductuales o afectivos para poder emitir un diagnóstico.
▪ Establecer un perfil cognitivo preciso con las fortalezas y debilidades de la persona.
▪ Obtener opiniones clínicas, por ejemplo, la capacidad a tomar decisiones claras relativas a la gestión de sus bienes o de su persona o el consentimiento a un cuidado, la capacidad de aprendizaje
▪ Establecer un plan de intervención o readaptación
▪ Brindar recomendaciones específicas con el objetivo de proveer estrategias para lidiar mejor con las dificultades observadas.
¿Cómo se trabaja?
La evaluación neuropsicológica consiste conjuntar información relevante de la historia del paciente, una revisión neuropsicológica, análisis e integración de los datos y hallazgos. La historia se obtiene a través de la revisión del expediente médico y otros registros, y a través de la entrevista con el paciente. Con el permiso del paciente, los miembros familiares u otras personas relevantes para el paciente pueden ser entrevistadas para tener el punto de vista de ellos con respecto a aspectos importantes y la historia de los síntomas.
El examen o revisión consiste en la administración de pruebas estandarizadas a través de preguntas orales, papel y lápiz, manipulación de materiales como bloques o rompecabezas, entre otros procedimientos.
Dependiendo de la intensión de la evaluación, las pruebas pueden enfocarse en un rato amplio de funciones cognitivas (como atención, memoria, lenguaje, habilidades académicas, razonamiento, habilidad visoespacial y habilidades sensoriomotores). El neuropsicólogo puede realizar también pruebas y cuestionarios respecto a aspectos psicológicos de humor, de conducta y personalidad.
¿Qué debo considerar para la terapia neuropsicológica?
Traer una lista actualizada de todos los medicamentos y dosis.
Si el paciente no puede proveer información acerca de su historia, algún miembro de la familia o amigo deberá acompañarlo y brindarlo, al menos para la entrevista inicial.
Si el paciente trae registro de previas pruebas neuropsicológicos es de gran ayuda.
El objetivo del neuropsicólogo es obtener la imagen más fidedigna posible del actual funcionamiento del paciente. Es importante considerar algunas situaciones que pueden interferir con dicho objetivo, por ejemplo:
Si acude extremadamente fatigado o tiene repentinos "ataques de sueño".
Si emocionalmente se siente angustiado o si tiene una condición psiquiátrica.
Si no está motivado para colaborar y se le obliga.
Si se encuentra bajo la influencia de medicamentos o sustancias ilícitas.
Terapia Gestalt humanista: Es una terapia fenomenológico-existencial, para este enfoque cada individuo es un todo (mente, cuerpo y alma). Es fenomenológica porque se enfoca en las percepciones de la realidad del cliente, y es existencial porque considera que las personas están siempre en el proceso de devenir y redescubrise a sí mismos.
Se enfoca en el “darse cuenta” y en el “aquí y el ahora”.
En la terapia Gestalt, el "darse cuenta" es clave para el crecimiento personal y el desarrollo pleno del potencial de sí mismo. El sufrimiento se entiende como una consecuencia de la incapacidad de darse cuenta o tomar conciencia de las emociones, de las sensaciones corporales, de las decisiones y del entorno en el que vive la persona.
Se trabaja a partir de la experiencia de la persona, en la percepción, el sentir y el actuar, y utiliza las emociones del cliente, no las interpretaciones del terapeuta, para generar los cambios.
¿En que situaciones me ayuda la terapia Gestalt humanista?
Está dirigida a adultos, adolescentes o niños, y ofrece un trabajo individual, en pareja y en familia, como también terapia en grupo. Puede trabajarse la timidez, una separación difícil, el sentimiento de exclusión, trastornos psicosomáticos, ansiedad, depresión, trastornos alimentarios, un impase (conflicto) existencial, problemas o dificultades relacionales, estrés, angustia, problemas emocionales, depresión, fobias, y adicciones.
¿Cómo se trabaja?
El terapeuta se basa en la aceptación incondicional del cliente, la meta es que adquieran conciencia no juiciosa de lo que hacen, cómo lo hacen y cómo pueden modificarlo, y al mismo tiempo, aprendan a aceptarse y valorarse. Esto permite al cliente desarrollar una perspectiva única de la vida.
Se centra en desarrollar la autonomía, la autoregulación de las emociones, la responsabilidad y la creatividad en los clientes. Este enfoque no limita lo humano a una visión individualista, sino que se interesa en las interacciones del individuo con su entorno, sin importar cuál sea.
Hay 3 formas de lograr "darse cuenta" durante el proceso:
Contacto con el entorno: a través de sus sentidos tiene lugar el crecimiento de la persona. Para la Gestalt el ser de la persona no es algo preexistente, sino que constantemente está en una construcción y ajuste continuo.
El aquí y ahora: dejar el pasado y el futuro en un segundo lugar, dando total foco de atención al presente.
Responsabilidad: asumiendo y haciéndose cargo de las consecuencias de sus actos.
¿Para quién no es recomendable?
Para una persona con esquizofrenia, con trastorno borderline y con trastorno bipolar pueden necesitar y ser de mayor utilidad otros enfoques.
Terapia racional emotiva racional (TREC): Es una forma de psicoterapia breve que revisa las ideas irracionales, así como los patrones de pensamiento asociados a un malestar emocional, para poder remplazarlas por creencias más productivas; lo cual permite al paciente lidiar mejor con sus problemas y aumentar sus habilidades para relacionarse y vivir de manera más saludable.
Este tipo de terapia tiene como supuesto que culpamos a las situaciones por el malestar que nos genera o incluso de nuestra infelicidad, cuando la realidad es que no son las situaciones sino la interpretación que les damos lo que nos genera ese malestar.
¿Cómo se trabaja?
El trabajo que realiza un terapeuta TREC en conjunto con el cliente consiste en identificar cuáles son las creencias irracionales, con la intensión de reinterpretar la experiencia desde una persepectiva diferente y favorable.
Para este enfoque, la palabra “creencia” se refiere a una convicción a la verdad o validez de algo. En ese sentido, una creencia es un pensamiento con un componente emocional (la convicción) y un elemento factual (verdad o validez). Las creencias pueden ser positivas o negativas. Tener una creencia negativa no es algo malo en sí; sin embargo, cuando se cree en algo que es falso, esta creencia negativa se convierte en una creencia irracional, justo con las creencias es con lo que trabaja este modelo.
Terapia Breve Centrada en Soluciones: Se basa en visualizar o imaginar una alternativa mejor y positiva para desencadenar un proceso natural de cambio. Este enfoque se centra en lo que el cliente desea alcanzar y no en lo que quiere dejar atrás, es decir en el futuro sin retomar su pasado.
Counseling: Ayuda a personas de manera individual, familias y grupos a obtener su bienestar psicológico, educación o abordar metas profesionales. Dentro de ella como en todas las anteriores se maneja la confidencialidad de todo lo que emerja en dichas sesiones.
¿Cómo funciona el Counselling?
Una profesional, te brinda su consejo sobre diversos temas como: adicciones, cambios, crisis en la vida, problemas laborales, familiares, autoestima, inseguridad, depresión, trastornos alimenticios, identidad sexual y orientación sexual, duelo, soledad, desesperación, conflictos en las relaciones, violencia y abuso físico, manejo del estrés, acoso sexual, traumas, pensamientos de suicidio y preocupaciones por la muerte, desarrollo personal, lidiar con enfermedades crónicas, entre muchos otros temas.
No necesariamente es alguien con una formación psicológica, bien puede ser un sacerdote, un filósofo, un profesor de cualquier nivel y área, etc. ya que es una maestría llamada "maestría en consejería" la cual convoca sobre todo a: psicólogos, educadores, ciencias de la salud, ciencias sociales y teología.
Recuerda que esa persona únicamente te va a aconsejar, sin embargo, no hay una continuidad, metas, objetivos, ni tareas al no haber un proceso como en cualquiera de los otros enfoques anteriormente descritos. Además de que posiblemente no sepa cómo abordar una situación complicada como lo es una crisis o realizar de manera adecuada una contención o cierre, lo cual te deja en riesgo, sobre todo si nos referimos a que se abran o aborden temas en counselling que podrían ser bastante fuertes o que han estado guardados por mucho tiempo.
Al final puedo decirles que no hay un enfoque que sea mejor, más efectivo, más rápido o menos complicado uno de otro, simplemente son distintos, algunos cómo pudiste ver, algunos se relacionan o tienen ciertas similitudes entre ellos, mientras que otros no tienen absolutamente nada que ver entre sí.
Es decisión y deber de cada quién encontrar lo que le funciona, le va mejor de acuerdo a su estilo, al "tema por resolver", cada quien debe encontrar donde se siente más cómodo, confiado, contenido y lo más importante donde realmente puedas alcanzar tus objetivos personales a trabajar y por ende notar tus progresos.
Espero que este artículo te haya ayudado a entender más sobre cada uno de los enfoques, así como la manera de trabajar un proceso en cada uno y sobre todo saber con cuales te identificaste según tu personalidad (racional, emocional, reservada, extrovertida, etc.) y estilo, ahora si ya no hay pretexto para que inicies tu proceso, entonces... ¡Manos a la obra!
Fuente de apoyo: https://www.ryapsicologos.net/tipos-de-terapia-psicologica/
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