8 Hábitos que drenan tu energía
- PAI
- 12 may 2020
- 11 Min. de lectura
Actualizado: 18 mar 2021
¡Pero si no he hecho nada o tanto para sentirme agotado (a)!"
Si más de una vez por semana has pensado esto, es porque algo de lo que no estás siendo consciente estás haciendo y eso está agotando tu energía física y mental.

"Existe una correlación entre la energía positiva y los resultados positivos".
Joe Rogan
1. No saber decir "NO".
Este mal, silencioso y quizá el más común de los malos hábitos, aunque no lo parezca es sumamente desgastante, ¿por qué? Bien, la respuesta es porque al no saber decir no a la gente o situaciones que te rodean, te compromete a muchas otras situaciones que salen de tu control, de tus tiempos, incluso de tus gustos y de tu agenda diaria y con ello el resultado es que terminas moviendo cielo más y tierra para poder cumplir lo que alguien más te pidió, terminas haciendo tus cosas a un ritmo que ni flash lo haría para poder cumplir con un compromiso más que asumiste por no quedar mal, te agobia el hecho de poder satisfacer esa petición de tu amiga que te rogo hacerle ese favor porque ella de verdad no podía. Incluso terminas endeudado por hacer un préstamo cuando apenas y tu presupuesto te había salido con bastante esfuerzo. O terminas asistiendo a lugares, reuniones o con personas que ni si quiera estas a gusto, que no conoces, mientras estás pensando en que tuviste que postergar algo tuyo y que mañana deberás reajustar todo tu día para poder hacerlo o terminaras pidiéndole a tu hijo o amigo que haga por ti.
2. Pasar tiempo con gente que desmotiva o negativa.
Así es, de esa gente que a todo le encuentra él pero, la malo, que te dicen que no sirve de nada hacer una u otra cosa, que siempre traen una energía baja, negativa en la vida.
Recuerda que, así como la buena onda, la alegría y la vibra positiva se contagia, sucede lo mismo con lo negativo, ¿te ha pasado que iniciaste muy bien en tu día, con ánimo y entusiasmo y de pronto llegas a un sitio donde charlaste unos minutos con alguien o te conto algo (una queja probablemente) y al irte tu entusiasmo se esfumó? Incluso te sientes un tanto raro porque no encuentras lógica en ¿por qué tu ánimo cambio de la nada? Pues ahí está la razón, esa persona con la que interactuaste por minutos quizá, sin hacerlo de una manera planeada por decirlo de algún modo, logró robarte energía positiva que tu traías, lo cual afecto de pronto tu ánimo, tu manera de ver alguna situación que antes de ese encuentro pensabas de otra manera, incluso a veces "de la nada" nos viene un bajón de energía y nos da pereza o sueño.
Por otro lado, la gente negativa es aquella que a veces se acerca a pedirnos un consejo y por más opciones que les demos, siempre encuentran una negativa y esto la verdad es que cuando se vuelve frecuente incluso cansa y terminamos como decimos comúnmente, dándole el avión o por su lado porque ya no encontramos opciones que le puedan parecer o que creamos que pueda aceptar.
En otra situación la gente negativa es también aquella que se la pasa juzgando o criticando a la gente, quizá es algo que todos hacemos inconscientemente, sin embargo, no es algo que hagamos quizá con saña o con el afán de perjudicar a alguien. En cambio, la gente negativa lo hace con el objeto de humillar a alguien más, de demostrar su poder, jerarquía e incluso haciendo esto se siente mejor o superior que el resto. Son personas inquisidoras y la mayoría con una doble moral, pues juzga sobre todo los "errores" del resto, aun cuando ellos mismos lo hacen, son personas que se proponen hacer una mala jugada a alguien más con el único objetivo de perjudicarlas o hacerlas sentir mal, generándoles cierto gozo.
En conclusión, imagina por un momento cualquiera de las situaciones anteriores o peor aún une mezcla de algunas o todas, abrumador ¿cierto? Pues así de abrumador resulta el rodearte de personas negativas, porque impactan inconscientemente tu ánimo, tu energía e influyen en tus pensamientos y desde luego en tu rendimiento, así que ahora que lo sabes quizá estés listo para poner una sana barrera de contacto con ellos y así ayudarte a estar y sentirte mejor en tu día.
3. Preocuparte por lo que no puedes controlar.
"Y si me dan el empleo en San Luis y ¿Dónde voy a vivir?, ¿Cuánto voy a gastar?, ¿Me voy o nos vamos todos?".
"Ya solo falta un año para que Enriqueta salga de la prepa ¿Y si no sabe que estudiar?, ¿Si reprueba el examen?, ¿Sino nos alcanza para la colegiatura?", "Si la corren por conducta?".
"Es que no me gusta que mi marido maneje por carretera porque ha habido muchos accidentes y si le pasa algo, ¿Si lo secuestran?, ¿Si tiene algún accidente?, ¿Si se le descompone el carro en la carretera?".
"¿Cómo te fue en lo de tu proyecto? Pues no lo sé, aún no me dan resultados, pero no creo que bien, seguro no estaba completa la información, no sé si era lo que debía entregar, igual ni les agrada el diseño, yo creo que en una de esas hasta me de baja.
Cuántas veces hemos pasado situaciones así y han llegado ese tipo de pensamientos a nuestra mente, pensamientos que en realidad solamente son fantasías dado que hasta que no ocurran, no son una realidad y mientras tanto nos desgastamos pensando en situaciones futuras improbables muchas veces, pero que además están fuera de nuestro control y que muchas veces no dependen de nosotros los resultados o lo que ocurra, pero ahí tenemos el pensamiento rumiante robándose nuestra energía y dejándonos, malhumorados, exhaustos mentalmente, preocupados, angustiados, ansiosos o temerosos del futuro, mismo que en cuanto nos da una respuesta o resultado nos da alivio y una sensación de bienestar instantánea, al menos en ese momento y de esa idea, pero seguro no pasara mucho tiempo para encontrar una nueva opción para torturarnos de nuevo, ¡ojala no!
4. Dejarte absorber por opiniones de otros.
"Es que me dijeron en el trabajo que me queda mejor la blusa de color azul", "Pues Mariana es más eficiente que tú en su trabajo", "Deberías de aprender de tu hermano Alberto, el sí que es alguien con metas en la vida"...
Y cualquiera de esos comentarios seguro que nos harían sentir incomodos, no valorados, feos, que no hemos logrado nada, que tenemos mal gusto, que todo lo hacemos mal y muchas ideas más y justo ahí está el problema, en permitirnos hacer caso de esos comentarios tan vacíos, tan simples y muchas veces sin sentido e innecesarios en nuestra vida. A veces nos permitimos recibir comentarios negativos, agresivos y devastadores para nuestro ánimo, nuestra personalidad y además de permitirlo, lo justificamos por ser la mamá quien nos lo dice, o el jefe que tanto admiro o que me dio la oportunidad, o por qué es mi hermano (a), mi esposo o mi novio, lo cual no debería ser así, precisamente quien nos quiere no tendría por qué comentar algo doloroso, incómodo o doloroso, si bien existe la honestidad y la franqueza, también existe la empatía, la prudencia y el tacto.
Muchas veces sobre valoramos comentarios y opiniones que impactan en nuestro ánimo, nuestros planes, nuestras metas, en nuestra persona como tal, cuando lo más importante siempre es lo que tú crees de ti, ¡ojo!, no estoy diciendo que no puedan darte una retroalimentación laboral, que no puedan hacerte ver alguna falla en casa, o que la regaste con tus amigos o pareja. Pero es importante aprender a tomar la información y escombrarla, es decir analizar de aquello que me dijeron que si es real, qué si me checa, en que si me pase, que deje de hacer y eso entonces me sirve para hacer una lista de cosas o situaciones a mejorar o considerar la siguiente vez y el resto simplemente desecharlo.
El error más común es que nos tragamos todo, no hacemos este análisis para separar y depurar, sino que solo aceptamos todo lo que nos dijeron incluso cuando ni si quiera tiene que ver o son situaciones más de quien me lo dice que mías, pero se las compramos al por mayor, afectando así nuestro estado de ánimo e incluso más allá, nuestra autoestima.
5. Ser perfeccionista.
La perfección no es algo que podamos lograr, por más esmero, dedicación, tiempo y cuidado que podamos invertir para querer obtenerlo, no sucederá así y esto te restará mucha energía física y mental, sea el trabajo que sea ya sea la perfección en una posición de baile, un trabajo, la decoración de algún objeto o espacio, o ser la persona perfecta para ti o para agradar a alguien más. Si bien en muchas ocasiones utilizamos dicha palabra para referirnos a alguien que realiza muy bien una labor, algo que tiene un sabor excepcional, para referirnos a alguna prenda o sitio que es muy bello o a alguien sumamente pulcro en todos sentidos es un término meramente común y coloquial, similar a cuando decimos: "estás loco", sin que usemos el termino de forma literal.
Así que dicho lo cual, deja de buscar o exigir de alguien más esa perfección agotadora y que solamente te llevara a ser infeliz, vivir continuamente en la frustración y al borde de la desesperación.
6. Poner atención en los demás.
En muchos momentos de nuestra vida prestamos más atención a lo externo que a lo que ocurre en nuestro interior o nuestro mundo inmediato ¿te ha pasado?
La verdad es que es muy desgastante estar pendiente de la gente que nos rodea, especialmente sino son personas que nos ayuden o sumen a nuestra vida pero que si nos restan y desgastan anímica y emocionalmente, sobre todo porque se vuelve un tanto pesado el estar atento de sus críticas y por ende estar continuamente intentando llenar sus expectativas, lo cual no ocurrirá por una u otra situación.
Por otro lado, también es desgastante vivir pendiente del vecino, si bien a veces por ocio es entretenido y podría ser divertido, llega un punto en que vivir una vida ajena es bastante incómodo y merma tu rendimiento mental y físico del día a día, convirtiéndose esta diversión en el centro (para muchas personas si, aunque no lo creas) de su vida, su disfrute o de su tema de conversación durante la comida o estando con algún grupo.
Así que mi recomendación es más atención de ti y en tus acciones, tu cuerpo, tu mente, tus necesidades y lo que no te hace falta y que el mundo siga girando.
7. Hacer un trabajo que no disfrutas.
Muchas personas lo hacen y desarrollan una profesión, puesto, cargo, carrera universitaria que no disfrutan en lo más mínimo, que no les da ninguna satisfacción ni gusto realizar, sin embargo, les da un sustento fijo con que mantenerse a ellos y a sus familia, o en su defecto como estudiante, una satisfacción familiar por continuar con los estudios que la familia ha conservado por generaciones, a pesar de sacrificar su felicidad.
Este es un tema bastante complicado pues sé que muchos oficios o profesiones que a muchos nos encantaría realizar, no nos darían ese sustento para saldar los gastos, lo que comúnmente hemos dicho o escuchado alguna vez como "te vas a morir de hambre" y la realidad es que sí. Por un lado, son profesiones no tan o bien remuneradas, por otro lado algunas son complicadas para entrar en un círculo visiblemente potencial, hablando social y económicamente; es decir para poder ser visto y comparado por su trabajo fácilmente, otras más son muy caras durante el proceso de formación y algunas más no son tan idolatradas, acogidas o solicitadas en nuestro país como en muchos otros. Por ello es que a veces muchas personas toman la decisión de dedicarse a lo que la familia se ha dedicado, a algo sencillo o fácil relativamente, algo sin tantos números, algo donde no tenga que relacionarme tanto con la gente, algo que me deje dinero, algo donde tenga estabilidad, pero uy pocas veces toman la decisión basándose en: algo que me guste, algo en lo que soy bueno (a), algo que disfruto hacer, algo que me genera alegría, algo que me de lo necesario para vivir y tiempo para mí, no, la realidad tristemente es que esa no es la premisa clave para elegir ¿a qué quiero dedicarme? hoy, dos años o el resto de mi vida y es donde encontramos muchas personas robots, haciendo lo que tienen que hacer día con día, y no lo que quisieran hacer, por ello es que de pronto nos encontramos a la gerente de un sitio con cara larga, a un conductor apático, a un jefe gruñón y amargado, a una chica que nos atiende con mal modo y así podría seguir con muchísimos ejemplos más, y la respuesta es porque ellos hacen lo que les toca, cumplir. Cumplir con un horario, para tener un sueldo, cumplir como mamá, papá, cumplir con las expectativas de mis padres llevando el negocio familiar, cumplir, cumplir, nunca disfrutar y eso es muy desgastante, hay a quienes se les va la vida cumpliendo y apenas lograron algunos chispazos de gozo en su vida.
Ahí la importancia de no hacer algo que no disfrutes, pero ¡Espera! entiendo que no puedes dejar ese empleo porque es tu sustento, entonces busca opciones...
A) Recuperas aquello de disfrutas hacer y lo transformas en un hobbie que te de esa energía, esa alegría y emoción a tu vida, es decir crea o busca tu rayito de sol diario para estar mejor, para cambiar esa actitud de apatía y chocantería que tienes, o...
B) Busca algo que te guste, que disfrutes, que de genere emoción positiva en lo que ya haces, ya sé que no es lo que soñabas, pero estás ahí, entonces ¡haz algo!, dicen que "Si la vida te da limones...", y de eso se trata, con eso que tienes, has algo mejor, encuentra el gusto y disfrute en lo más simple de tu rutina diaria, no sé si es antes de iniciar tu jornada, durante ella o al salir, pero ¡hazlo!
Y si tienes la opción de elegir hacer algo que probablemente no hará feliz a muchos o a nadie más que a ti, donde quizá decepciones a muchos, donde quizá no ganes tanto y casi vayas al día, donde haya mucha inestabilidad, altas y bajas, tiempos muertos, al menos más que en muchas otras actividades, en donde quizá pases pocas horas o muchas y no veas frutos inmediatos, pero te apasiona, te da satisfacción, alegría y donde estás en flow pues pareciera que llevas dos horas, cuando en realidad llevas más de ocho trabajando en ello, ¡hazlo, sin duda hazlo! Apasiónate por ese trabajo, oficio, grado, carrera o actividad.
8. Ayudar a personas que no quieren ser ayudadas.
"No se puede ayudar a quien no se deja ayudar" y así como inicio este último mal hábito es como sucede con muchas personas a nuestro al rededor. A veces llegan personas a nosotros para desahogarse, para pedir un consejo o hasta un regaño y nosotros de buena manera, con la intensión de ayudar a aliviar su pesar, conflicto o molestia les escuchamos y orientamos brindando un consejo, contando alguna anécdota similar, en fin.
Pero ¿Qué pasa cuando das una opinión o consejo y sigue igual o peor?, obviamente no esperamos que la persona haga exactamente lo que le sugerimos, pero cuando esto se vuelve repetitivo y que por más ayuda y apoyo que das, la persona y la situación no cambia es bastante cansado, absorbente, desgastante y hasta molesto.
Debemos tener claro que no todas las personas quieren de verdad resolver sus conflictos de la índole que sean, que a veces solamente buscan la parte del desahogo y aliviar un poco de lo que traen vomitándonos lo que les acongoja y está bien si tú decides hacerla de basurero, por llamarle de algún modo, pero también debes tener claro tus limitantes, es decir que no lograrás solucionar su situación, si esa persona no hace realmente algo por cambiarla, además de tener claro tu límite de tolerancia, aceptación y empatía pues también es válido no escuchar algo que al final a ti te afecta emocional o anímicamente, así como en tu vida personal o tus actividades.
Una cosa es ser buen amigo, dar apoyo, ser empático y tratar de ayudar y otra muy distinta es anteponer a alguien más por encima de tus planes, emociones, tiempo, etc.
Commentaires